jueves, 27 de diciembre de 2012

Empresas por La Infancia-IARSE

La plena efectivización de los derechos de los niños necesita de empresas comprometidas (además de un Estado sólido que ejerza su rol de garante). Es por ello que desde 2006, cuando iniciamos el trabajo en Empresas por la Infancia, promovemos que las empresas se involucren a favor de los niños y que lo hagan desde la perspectiva de derechos. Este es el primer desafío que resaltamos para transitar la relación.

Cuando en el año 2011 John Ruggie (Representante Especial del Secretario General para los derechos humanos y las empresas) presentó los principios rectores sobre las empresas y sus relaciones con los derechos humanos, el escenario para el trabajo del sector privado  en materia de RSE tuvo un impulso al incorporar este nuevo elemento que ya veníamos postulando: “La perspectiva de derechos”.
Dichos principios implican la puesta en práctica del marco de las Naciones Unidas para “proteger, respetar y remediar” y suponen que la gestión de las empresas  debe pensarse en relación a la efectivización de los derechos humanos donde se encuadran  los derechos de los niños.
El Marco desarrollado por Ruggie se basa en tres principios fundamentales. “El primero es la obligación del Estado de ofrecer protección frente a los abusos de los derechos humanos cometidos por terceros, incluidas las empresas. El segundo alude a la obligación de las empresas de respetar los derechos humanos, lo que significa actuar con la debida diligencia para no vulnerar los derechos y reparar las consecuencias negativas de sus actividades. El tercero es la necesidad de mejorar el acceso de quienes ven vulnerados sus derechos a vías de reparación efectivas, tanto judiciales como extrajudiciales”.
En el campo de la infancia la Convención de los Derechos del Niño -sancionada hace ya más de 20 años- es el norte indiscutible de aquello que como empresas debemos respetar. Recientemente UNICEF – Save the Children y Pacto Global desarrollaron y pusieron en marcha una serie de Principios sobre Empresas y Derechos de los Niños (Derechos del Niño y principios Empresariales). Esta iniciativa da un paso más ya que propone en su principio N° 1 que: “Todas las empresas deberían cumplir con su responsabilidad de respetar y promover los derechos del niño”. La obligación de respetar se complementa con la responsabilidad de promover los derechos.
Empresas por la infancia invita a que desde el sector privado se asuma un compromiso decisivo por los derechos de los niños. Para avanzar en ese camino plantea un ejercicio donde, en un cuadro de doble entrada, ubicamos sobre un eje las dimensiones de la RSE (Gobierno y Sociedad, Comunidad, Consumidores y Clientes, Proveedores, Público Interno, Valores y Transparencia, Medio Ambiente) y en el otro una serie de grupos de derechos de la infancia (educación, deportes, recreación y cultura, nutrición, salud, protección), así las intersecciones se tornan campos de intervención. Sobre estas intersecciones es posible identificar, diseñar y proponer acciones empresariales que se desarrollan o podrían desarrollar.
De esta forma, por ejemplo, podemos pensar qué deben hacer las empresas para respetar el derecho a la educación (ej. de grupo de derechos) de los niños y las niñas por ejemplo con sus proveedores (ej. de dimensión de la RSE). También es factible pensar que pueden hacer en materia de promoción de tal derecho en esa u otra dimensión. El cambio del “deber” al “poder” hacer da cuenta de lo señalado en el principio, las empresas deben respetar y promover los derechos del niño.
Un segundo desafío se vincula a incorporar definitivamente el respeto y promoción de los derechos de los niños a la gestión de la empresa en todas sus áreas, darle sentido e integralidad a las acciones que se desarrollen formando políticas corporativas que sean planificadas, gestionadas y evaluadas con los mismos estándares de gestión de todos sus procesos corporativos.
Por último sostenemos que otro desafío (no creemos que los desafíos se agotan) se vincula a establecer diálogo con otras empresas y de manera intersectorial con los distintos niveles del Estado y Organizaciones de la Sociedad Civil. Estos diálogos deberían también incorporar la propia voz y perspectiva de los niños, niñas y adolescentes, protagonistas de las iniciativas que desde el ámbito empresarial se desarrollen.
Fundación Arcor

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